Estos aparatitos me ponen nervioso,
me quedé sin gente,
y me llené de hielo.
Viscerales antojadizos y taimados,
así nos dejan plantados
en la hora de la prisa.
No será mejor comenzar
a tejerles
en lana pura
un calorcito
parecido
a
un cariño.
Misterioso y ocultos
mecanismos,
me reprochan
mi ignorancia
de lo inalcanzable
lo inimaginable.
Mi antiguo tablero
de vez en cuando me hace un guiño...
aunque por ahora
creo que bastará con abrigarme
a lo menos los pies.
martes, 18 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario