miércoles, 11 de mayo de 2011

Nublado


De qué vale seguir caminando
sobre zapatos sin suela ni suelo,
de qué vale seguir sonriendo
sin dientes y sin pupilas.
De qué vale tanto cariño
si al rato te cobro la palabra.

Así no más amaneció el día
no me vengas con querer cambiarlo,
el cielo no se maneja a control remoto
y la luna no tiene dioses pendientes,
ni sueños ajenos ni nostalgias arrugadas,
que de eso  ya está vacunada.

De verdad me sorprendiste
con tu acento extranjero,
con tus bolsillos sin contrapeso,
con tus espejos sin fondo.
De verdad me caí de poto con tu domingo siete,
medio a medio del humilde día martes.

Se acabó el recreo y no me mires feo
la campana suena como campana,
más ahora en otoño.
Ponte no más los zapatos dentro de los pies,
sonríe en medio de la endodoncia.
Acaricia a quien se te ponga por delante
en una de esas pierdes la memoria
y tu deuda quede saldada.

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