martes, 22 de febrero de 2011

Cansancio

¿Y de qué manera me vuelvo a oxigenar?,
que es aún lo que la sangre pide,
más allá todo es de a oídas.
Desde ahí mi fe se ha quebrantado:
Dame una señal grité p'arriba
y metí la pata en un hoyo.
Hasta ahí llegó no más mi plegaria.

Un día de mierda no se fabrica de la noche a la mañana,
no señor, y no nos hagamos los lesos,
se arrastra escondido y burlón
en la desidia y en el olvido,
del cual también somos responsables.
Es más un día no tiene 24 horas.

Y lo pasado es pasado
y ya vendrán tiempos mejores,
y hay que mirar hacia adelante,
pero ojo,cuidado con la plegaria,
que no es súplica sino más bien un proyectil
al centro de la desconfianza.

La esperanza se transforma en una promesa de compraventa,
los quejidos del hospital ya no importan,
sólo un bolsillo desnudo y precario,
como el pesebre aquel, que fue iluminado por una estrella.

Así comienza la libertad o el suicidio.
Por mientras abrocharse bien los zapatos
que mañana será otro día... dicen.